Mi abuela y el Aleman

Recuerdo cuando mi abuela María venia religiosamente a las 5:00 pm a tomar lonche a la casa, mientras esperábamos que sea la hora del lonchecito veíamos obligados Grande Pa! Que le encantaba, luego nos sentábamos en la mesa con mi papa, mi mama y alguno de mis hermanos, si es que ya habían llegado, algunos días estaba mi tía Carmen rosa, y así cada día era distinto, conversábamos nos reíamos y a las 8:00 cada uno enrumbaba a sus cuartos en mi caso a dormir para el cole y los demás para el trabajo.
Todo iba muy bien hasta que mi abuela empezó a tener comportamientos un poco extraños, hablaba casi todos los días de lo mismo, cada vez que le preguntábamos – Y abuela que almorzaste? – nos decía -  Lentejas, lentejas y mas lentejas.
 Hasta que un dia, luego de tomar lonche se puso su sobretodo negro y salió para su casa que quedaba a unas cuadras de la nuestra, eran las 10:00 de la noche y tocaron el timbre, no recuerdo quien abrió la puerta y era la abuela que venía a tomar lonche como cualquier otro día, solo que ya había tomado a las 7:00 pm, fue entonces que nos dimos cuenta que algo andaba mal, se le hicieron una serie de exámenes y nos dijeron que tenía demencia senil, algo común en las personas mayores, pero ella tenía otras características que nos llevaron a descubrir que había un alemán dando vueltas por sus cabeza, y no era un hombre alto, guapo con acento raro, sino un alemán llamado Alzheimer, una enfermedad neurodegenerativa que va matando las neuronas y poco a poco atrofian el cerebro, una enfermedad incurable y terminal.
A partir de este diagnostico tan desfavorable, empezaron lo que para todos nosotros, serian las mejores historias y recuerdos para contar a los  hijos, primos y nietos.
Conocida la enfermedad se decidió que la abuela viviría en nuestra casa, para que siempre hubiera quien la cuidara y acompañara, aunque al principio ella paseaba sola, compraba cosas salía y entraba como si nada, luego nos dimos cuenta que algo malo habían en esas salidas. Un día entre a mi cuarto y veo a la abuela echada en la cama con medio cuerpo afuera y parecía una tabla recta y dura, me asuste y mi mama vino a verla y aunque parezca increíble estaba totalmente drogada, había ido a la farmacia y se había comprado pastillas, sabrá dios para  que y fue tomando una tras otra sin recordar que había tomado la anterior hasta que termino en ese estado, no recuerdo como hicieron para sacarla de ese cuadro "Stone" en el que estaba, pero lo recuerdo como si fuera ayer la imagen de mi abuela toda dura.
Según iba avanzando la enfermedad, se iba volviendo como dice el titulo de una película “ Mi abuela es un peligro” y sin duda, encendía las hornillas para prender sus cigarros no sé cómo no se quemo la cara o se quedo sin pelo, luego vinieron las marcas de quemaduras de cigarro en la ropa, las camas, en los sillones de la sala. Como no podía salir sola pues ya la habíamos pescado subiéndose a la 13 (buses), por miedo a que se pierda la puerta de la casa estaba siempre con llave y todos teníamos las llaves escondidas, pero eso no era suficiente pues aunque perdía habilidades neurológicas, afloraban otras, era una busca tesoros y ciento de veces nos quedábamos encerrados en la casa pues había roto la llave intentando escapar, llegábamos tarde al colegio, al trabajo.
Un tiempo se le dio por echarse cremas, y como lo hacía mil veces al día, tenía la Aquamarine grandota y un día se exprimió el pomo en el pecho, el sostén pesaba una tonelada de toda la crema que se había echado, pero eso era una gracia al lado del día que mi hermano la encontró echándose triz en las manos, gracias a dios llego a tiempo y no se pego las manos.
No puedo parar de reírme al recordar todos esos momentos, claro hoy nos reímos, pero en su momento fue muy difícil lidiar con mi abuela y el alemán.
Una de las tantas etapas de esta enfermedad es la esquizofrenia, ven personas y/ó escuchan voces, esta etapa fue realmente un martirio sobre todo para Lorena y para mi pues somos las miedosas de la casa, pero mi mama aprovecho esta etapa para mandarle mensajes, se escondia y le hablaba: Maria tienes que cambiarte, Maria debes comer toda tu comida, debes acostarte y dormir!!
Recuerdo una madrugada que mi abuela se levanto como siempre a ponerse el uniforme del trabajo de Claudia o de Lorena, siempre las dejaba sin ropa y en las mañanas era un pleito sacarle la ropa, pero esa madrugada Lorena se dio cuenta de lo que estaba haciendo la abuela y le dijo – Abuela son las 3:00 am por favor duérmete no te pongas mi ropa – la abuela respondió – Es que el hombre atrás de la cortina me ha dicho que me cambie- por supuesto que fue un grito el que metimos Mama, ven la abuela dice que hay un hombre atrás de la cortina!!!!            A veces nos despertábamos por que la abuela se había metido a la ducha a las 4 ó 5 de la mañana, y siempre nos decía que le decían que se tenía que bañar jajaajaj nos daba miedo dormir con la abuela.También tuvo una época en que coleccionaba cosas, tenía una cartera azul que no dejaba pero ni para ir al baño y ahí metía todo lo que encontraba, si alguien decía- ¿Donde está tal cosa? Todos respondía -  Has buscado en la cartera de la abuela??
Tenia obsesión por un vestido floreado que no había forma de quitárselo ni para lavarlo, y cada vez que lograban ponerlo  a lavar, por la ventana del cuarto de mi mama veíamos a la abuela entrar al patio, después veías como toda la ropa se movía, se caía y tan tantantann la abuela cambiada con su vestido todo mojado, y a pelearse con ella para sacárselo, nos gritaba que le queríamos robar, nos insultaba, nos mandaba a bien lejos con un lenguaje poco elegante.
Mi papa era al único al que le guardaba respeto Buenos Días Don Alberto le decía,  y mi papa le respondía – Doña María, su desayuno está servido, era muy gracioso como de eso no se olvidaba, tomaban desayuno juntos todos los días, ella siempre despertaba antes que todos nosotros y lo esperaba sentada en el comedor de la cocina, y cuando eran fin de semana y mi papa se demoraba, iba y lo despertaba Don Alberto y mi desayuno?
Como buena mujer que era,  tenia fijación con los hombre y más si ellos eran portadores de cigarros, no había hombre que entrara a la casa que se salvara de la ya conocida búsqueda de cigarros los toqueteaba todos hasta que encontraba los cigarros, o te miraba con cara del gato con botas de Sherk y decía ¿ no me invitas un cigarritoooo? Era imposible negarse, además si te negabas te llovían una serie de adjetivos calificativos que daban mucha risa.
Mi papa nunca olvidara un día que invito a sus amigos del colegio a la casa, no había nadie más que la abuela y ellos, en medio de los cantos, tocando cajón, guitarra mi abuela se apareció tal cual dios la trajo al mundo, jajajaajaj no puedo ni imaginar la cara de mi papa y de sus amigos, mi papa gritó -  Abuela ¿qué haces?!!! Y se la llevo a ponerle ropa, que paciencia realmente para aguantar todo esto siendo su suegra.
Fueron pasando los años y cada vez mi abuela se iba deteriorando mas, ya no caminaba bien una vez se rompió la ceja por pararse, así que la teníamos amarrada en la cama y cuando la sacaban a pasear amarrada en la silla, pero ella se volvía David Copperfield, recuerdo una día, tenía un santito con Mariana y mi mama no estaba, así que la deje a la abuela sola una 1 horita, ya que el santo era ha unas cuadras de la casa, pero me llamaron diciéndome que habían encontrado a la abuela parada en el medio de la pista con el pantalón en las rodillas y desorientada llegue corriendo a mi casa y mi mama ya había llegado, yo la había dejado amarrada a la silla y con la puerta cerrada con doble llave y ella se había salido de la silla y había logrado abrir la puerta dejando los dientes del seguro para afuera , no se con que fuerza logro hacerlo, pero ella era así cuando quería algo no paraba hasta conseguirlo. A los días de esto en la madrugada escuche un fuerte ruido abajo y como buena miedosa que soy desperté a mi mama, y le dije mama creo que es la abuela, bajamos y cuando entramos al cuarto la cama estaba tal cual, pero la abuela no estaba, la empezamos a buscar y estaba metida debajo de la cama y contra la pared, nos pegamos un susto y ella como si nada.
Son realmente interminables las historias de la abuela y el alemán, cada uno ha vivido experiencias increíbles con ella, no todas son para reírse, pues muchas fueron traumáticas y otras son difíciles de contar, pero lo cierto es que todos la tenemos en el corazón y aunque hoy para ella somos simples desconocidos, ella para nosotros siempre será “la abuela”.

5 comentarios:

  • Hasta en el último rincón | 3 de noviembre de 2011, 14:35

    Pame, déjame decirte que tienes una abuela PRECIOSA! Además de la familia, qué lindas salen todas por Dios!!! Ese alemán es el más pesado de todos... y las historias con los alemanes de las abuelas, interminables como bien lo dices. Lo bueno de todo, es que aun puedes tocarle la mano y decirle quien eres... aun puedes mirarla a los ojos sabiendo que dentro de ellos, aunque tal vez su cabecita piense diferente, tú eres tú y ocupas un lugar específico en su corazón. Ese es el que jamás cambiará venga uno, cien o mil alemanes juntos.
    Un beso enorme! Que sea doble... uno para la abuela obvio!
    :)

  • Pamela | 3 de noviembre de 2011, 14:56

    Gracias Marite!! me encantan tus comentarios siempre positivos!!

  • Anónimo | 3 de noviembre de 2011, 15:28

    DIOS MIO, LAS HISTORIAS DE LA ABUELA SON INTERMINABLES, UNAS LAS RECORDAMOS CON GRACIA Y OTRAS SON TERRIBLES, PUES EN VERDAD SI AÚN SIGUE VIVA ES GRACIAS A DIOS Y A SUS TRES HIJAS QUE LA CUIDARON TANTO, NO SOLO LAS HIJAS SINO SUS FAMILIAS PORQUE TODOS HEMOS ESTADO INVOLUCRADOS EN SUS CUIDADOS. DIOS MIO QUE ENFERMEDAD TAN TERRIBLE Y PENOSA PARA LA FAMILIA, EL LUNES LA FUÍ A VER Y ESTOY CONTENTA PORQUE LA CASA DE REPOSO DONDE ESTA ES MUY BONITA Y LA TIENEN MUY BIEN, ESTUVE JUGANDO UN RATO ALLÍ CON ELLA, HASTA QUE LA OTRA ANCIANITA QUE ESTÁ EN SU CUARTO SE COMENZO A PELEAR CON SU HIJA, Y TUVE QUE SALIR DISPARADA, MAÑANA VOY DENUEVO Y ASÍ TRATARÉ DE VERLA SIEMPRE. UN BESO PAME.

  • Eduardo Rodríguez | 3 de noviembre de 2011, 20:24

    Pamela, es una pena lo de la enfermedad de tu abuela pero no he podido evitar reírme de las anécdotas que cuentas, sorry, fue sin querer.
    Un fuerte abrazo y cuida a la abuela.

  • Luis Guadalupe | 8 de noviembre de 2011, 15:49

    Hola Pamela. Después de tiempito, vuelvo por acá. Este tema de tu post creo que a muchos les ha tocado vivirlo, en mayor o menor grado. Y con los años, llega a causar algo de risa, pero en el momento, no tiene nada de gracioso porque consume tu paciencia y tu tranquilidad.

    Lo peor es que para esto no hay cura y la cosa es irreversible. Lo importante es que tu abuela esté bien cuidada.

    Te mando un abrazo enorme.

    LUCHO

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